Estas reflexiones nos llevaron a proponer un libro interactivo que abandona el formato tradicional de papel y sacrifica el innegable placer de leer un libro físico que pesa y que huele, por explorar nuevas posibilidades de interacción que tanto ya acostumbramos habitando en el mundo cada vez más virtualizado. De esta manera, el presente libro es enteramente digital e interactivo, lo que permite, además de una circulación ilimitada por la materialidad y su disponibilidad física, una interrelación con numerosos recursos virtuales que abundan en la red para complementar la comprensión de los fenómenos tratados.
Uno de los objetivos de este libro colectivo contempla retomar cómo desde hace tiempo se están expresando la imaginación y la creatividad desde los pueblos indígenas, afrodescendientes y sectores populares con sus prácticas como parte de los horizontes emancipatorios latinoamericanos. A su vez, tiene la característica de ser un tomo que no se divide en partes ni subsecciones debido a nuestra reflexión sobre el carácter de las luchas y resistencias en defensa de la vida, que no se dividen ni separan en, sino que se entretejen. Así, quienes participamos en las siguientes páginas, compartimos y entrelazamos nuestros pensares, vivencias y sentires a través de letras, imágenes y sonidos que se van moldeando sin jerarquizar las formas en las que los estamos presentando a ustedes como lectores.
Como podrán advertir con la revisión del libro en su conjunto, los trabajos que lo conforman están articulados por inquietudes en común de quienes integramos el Proyecto de Investigación y el Seminario, como son la autonomía, la comunidad, el trabajo colectivo, atravesadas, todas ellas, por las luchas antiestatales, anticapitalistas, anticoloniales y antipatriarcales. De ahí, al mismo tiempo que nos caracteriza la pluralidad de visiones y puntos de partida teóricos e ideológicos que se niegan a ser unificados en un solo corpus, hemos logrado hacerlos confluir en un horizonte común que supone visibilizar y compartir con los procesos de lucha por y en la autonomía a lo largo de América Latina y el Caribe. Sabemos que estos procesos transcurren por innumerables veredas, vinculados inseparablemente con la creación de lo común en el marco de las diversas comunidades, tanto las tradicionales como las emergentes, movilizadas en defensa de la reproducción de la vida más allá y en contra del Estado y del capital.
De ahí, la autonomía como práctica y como concepto nos ha convocado a quienes hemos formado parte de este caminar. La fuerte presencia que ha adquirido en las últimas décadas en América Latina y el Caribe, encabezando demandas de pueblos indígenas, luchas populares y antirracistas, los feminismos, foros de discusión y debates académicos donde colisionan visiones de mundo, ha despertado el interés y compromiso de quienes, a partir del estudio y acompañamiento de estos procesos, nos hemos convencido de que el horizonte autonómico se configura como una vía de posibilidad emancipatoria. No se trataría, sin embargo, de un horizonte que se vislumbra a lo lejos, utópicamente inalcanzable, sino de un camino que se está haciendo al paso, un futuro que está siendo.
El horizonte autonómico al que nos referimos no está trazado por una sola vía; de hecho, con el acompañamiento y estudio de diversos procesos autonómicos se hace notorio que la autonomía como demanda y como práctica concreta asume diferentes y dinámicas formas. Las personas que tengan este volumen en sus manos o, mejor dicho, en sus pantallas, podrán acercarse, a través de los diferentes casos aquí abordados a esta pluralidad de la autonomía, marcada por la tensión entre lo sistémico y lo utópico. Aun así, lo que nos proponemos como colectivo en este libro es destacar el potencial antisistémico de la autonomía como concepto y como práctica que, más allá de sus definiciones legalistas, se constituye en una categoría profundamente cuestionadora de las formas estatales, capitalistas y patriarcales, en la medida en que la dominación, la explotación, el despojo y otras violencias son sistemáticamente perpetrados desde ahí. Es así como los movimientos autonómicos cuestionan la efectividad, universalidad y omnipresencia del sistema dominante, no sólo de manera enunciativa, sino también desde la praxis.
De ahí, planteamos que la autonomía en su sentido antisistémico implica un doble movimiento: por un lado, cuestiona y deconstruye los imaginarios dados por los aparatos dominantes que reproducen la heteronomía y, por el otro, organiza y (re)construye otras formas de sociabilidad, sujetidad y subjetividad que toman distancia de las hegemónicas por medio del trabajo colectivo, la autoorganización, el autogobierno, la autogestión y la autodefensa, por mencionar algunos.
Cuando acercamos la mirada a las autonomías latinoamericanas, observamos una condición de posibilidad común en ellas: la comunidad. Para muchos de los pueblos indígenas en América Latina y el Caribe, la comunidad se configura por la familia grande, en donde la organización interna se fortalece por la praxis instituyente que establecen los comuneros al interior del territorio que habitan, bajo un orden social representado por creencias, fiestas, tradiciones, lengua, cosmogonía; en conjunto con el trabajo en común que desarrollan en colectivo para el beneficio y el disfrute de todos, que en palabras de los pueblos zapotecos y mixes representaría la comunalidad, vivir en común. Con una política de lo común nos referimos al autogobierno, a la posibilidad que tienen los seres humanos de organizarse en comunidad, de ejercer formas democráticas inclusivas, manifestadas en expresiones participativas y colaborativas en un contexto comunal.
La comunidad representa un espacio físico, simbólico, cultural, identitario, familiar, grupal, que no necesariamente se encuentra delineado por fronteras étnicas, también se sitúa en medios urbanos bajo la forma de diferentes colectivos. Dentro de una concepción más amplia, la comunidad es la creación de un mundo propio, un lugar donde se comparten luchas, sentires, vivencias, experiencias, deseos, añoranzas, apoyo mutuo y resistencias con un objetivo en común: vivir-existir-respirar más allá de las imposiciones heterónomas de un mundo capitalista y estadólatra.